ESQUILANDO CON DEEP PURPLE
En el estrecho pasillo de vieja madera sonaban los Deep Purple y en el ambiente se masticaba el sudor: el del trabajo de los hombres y el del miedo de las ovejas. La cuadrilla de esquiladores retiraban espesas mantas de lana a rechonchas merinas que no se atrevían ni a parpadear. Un ritual que en Yaloak State se repite dos veces al año. Cada oveja, y son más de 22.000 las que campan por estas tierras, pierde en la operación cuatro kilos de abrigo, y cada esquilador recibe dos dólares con treinta centavos por animal. Hagan las cuentas...
José María Montero “Monti”
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