"PLANETA AUSTRALIA: LOS ARCHIVOS DE LA TIERRA" (EL DOCUMENTAL: CAPITULO 1)

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jueves, 3 de diciembre de 2009

Y LLEGARON A CABO WOOLAMAI... POR MILES

En un esfuerzo digno de reseñarse.. casi directamente del avión y todavía sin dormir en varios dias, el equipo expedicionario recien llegado y los que llevamos mas dias aqui, nos fuimos a por uno de nuestros objetivos de filmación: la entrada de las pardelas de pico fino a la colonia. Nos pertrechamos al atardecer en una de las playas de la isla, famosa entre surfers por sus olas y lentamente charlando por la arena, nos fuimos acercando a la colonia. La pardela de pico fino (Puffinus tenuirostris) es una especie relativamente abundante en los mares del sur y extraordinaria por su capacidad de migración. Es ahora, en el comienzo del verano austral cuando llega año tras año a estas costas a criar desde Alaska!!. Alli pasó el invierno (verano en el Hemisferio Norte) y a donde regresará en unos meses, tras cruzar otra vez de norte a sur el oceáno Pacífico. La pardela de pico fino será una de las merecidas protagonistas de esta segunda expedición a Australia. Tras subir a una larga duna cubierta de una pradera de plantas suculentas y en el extremo de la playa, comenzamos nuestra espera expectantes. Sabiamos que esta colonia es posiblemente la mayor del mundo y nos habían hablado de miles de parejas. A medida que con el sol, la luz se iba se apreciaba cierto nerviosismo entre nosotros.. y el mar tranquilo e inmenso desde nuestra atalaya, no soltaba prenda de lo que nos reservaba. Eso sí, el suelo a nuestro alrededor era un colador, horadado por todos sitios por las entradas a las huras, tres y cuatro por metro cuadrado, como una inmensa conejera. Lentamente se empezaron a dibujar unos puntos en los prismaticos enfocados al horizonte azul. Los puntos aumentaron en desidad en pocos minutos. El movimiento de las aves se hacia mas perceptible y mas intenso pero todavia a varios cientos de metros como si las pardelas se resistieran a entrar. La luz se perdía.
Fue casi de repente con esos ultimos destellos del atardecer cuando empezamos a ver el cielo sobre nuestras cabezas cubriéndose literalmente por estas aves elegantes y de vuelo rápido. Sorprendentemente silenciosas (en comparacion con las especies que nos son mas familiares), las pardelas fueron acercándose mas y mas a medida que buscaban cada una su propio nido entre la creciente algarabía. Dentro del cada nido, la pareja esperaba impaciente y hambrienta el relevo en la incubación de unos huevos recién puestos. Los biólogos nos miramos incrédulos ante el espectáculo, incapaces de digerir tanto bicho, la puesta de sol, el mar, el aire ahora frío,.. todo al unísono. Mientras, Charlie del equipo de TV se afanaba de un lado a otro buscando los mejores planos. Los demás del equipo le seguían, desplazando con ellos trípode, cámara y focos. Ahora si, las pardelas saltaban en el suelo, discutían, y rebuznaban de tanto en tanto, allá donde uno mirara. Y por el cielo, seguían llegando y llegando. Los que no teníamos mas que hacer nos sentamos mirando al cielo y disfrutando la función. Los animales siguieron llegando durante mas de una hora. Y luego.. llego la luna.. que para no ser menos en esta despliegue, estaba llena! Quien podía esperar más. Ya con las baterías agotadas, la cámara echando humo.. volvimos contentos a los coches.. Che.. espectacular!!! Impresionados por el número,.. y pensando en nuestras propias pardelas, que un día no lejano fueron tan numerosas y ahora están casi en extinción dada la presión a la que se ven sometidas. No es que estén peor adaptadas, han tenido peor suerte.



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