"PLANETA AUSTRALIA: LOS ARCHIVOS DE LA TIERRA" (EL DOCUMENTAL: CAPITULO 1)

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martes, 21 de abril de 2009

Con ciencia (5)

Desde la primera vez que estuve en Australia y me topé con un canguro no puedo evitar darle vueltas a una tontería que me viene a la cabeza de vez en cuando. Me imagino lo mal que lo pasaría el colonizador que avistara un canguro por primera vez, ya fuera uno de los españoles que llegaron con el capitán Torres o un portugués más tarde o incluso un hijo de la gran bretaña que viniera con el capitán Cook o fuera abandonado en las costas vírgenes de este país por pendenciero o delincuente. Da igual, la escena se debió repetir varias veces. Pongamos, por ejemplo, un tal McCallan que se fuera o lo mandaran a dar un garbeo por los montes vecinos y que vuelve al campamento corriendo. “Hello guys, you know? acabo de ver unos animales, grandes como burros que van saltando sobre las patas traseras”. Me imagino a los demás tipos duros del grupo mirándolo con cara de perdonavidas:  “Joder McCallan, que te hemos dicho ya que no bebas tanto” Y McCallan nerviosito “que no guys, que tiene una cola en la que se apoya y mueve cada oreja por su lado”; “McCallan como se entere el capitán te pega 40 latigazos”. Y el McCallan que insiste desesperado con los ojos y las manos abiertas: “Que no guys, que tiene una bolsa en la barriga y lleva dentro de ella otro bicho más pequeño”. “Vete al carajo McCallan”.

Y lo mismo debió pasar con el ornitorrinco, o con los zorros voladores de la bahia de Sidney y con tantos otros animales que, de no existir Australia, podrían estar embelleciendo el bestiario de Cortazar o el Manual de Zoología Fantástica de Borges.

Toda esa diferencia viene, claro, de que este continente que hoy es Australia se desgarró de la Antártida y de América del Sur y desde entonces, hace 55 millones de años, la vida ha evolucionado en su total aislamiento creando una fauna diversa y única que no tiene paralelo en otras partes del planeta. Por estas y otras cosas, los científicos no necesitamos creadores caprichosos para explicar la vida que sobre la tierra. Nos basta por ahora la teoría de la evolución. 

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