"PLANETA AUSTRALIA: LOS ARCHIVOS DE LA TIERRA" (EL DOCUMENTAL: CAPITULO 1)

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domingo, 19 de abril de 2009

SEÑAS DE IDENTIDAD




Hoy, en la cena, discutíamos a propósito de las señas de identidad de un pueblo, de una colectividad. Discutíamos a propósito de esos elementos, casi siempre absurdos, en los que un grupo de humanos se reconoce y por los que es capaz de llorar o de matar (depende de lo que esté en juego o de cómo esté de nublado el día).
No es sencillo comprender las señas de identidad de un pueblo que no es el nuestro. La empatía, sobre la que también discutíamos, es un asunto complicado. No es fácil ponerse en el pellejo del otro o de la otra, aunque ésta, la empatía, sea, de alguna manera, una virtud estrictamente humana que nos ha beneficiado como especie a lo largo de la historia.

Dispuestos a integrarnos en esta terra ignota, poco a poco estamos descubriendo algunas de las señas de identidad aussies. Por ejemplo, la Vegemite, una pasta oscura y salada, elaborada con cereales, que se unta en el pan y que, seamos sinceros, tiene un sabor... difícil.
Mucho más sencillo nos ha resultado incorporar a nuestro repertorio de cantos rituales el Waltzing Matilda, canción folclórica que se considera el himno popular de Australia. Todo aussie que se precie entona, con profundo sentido patriótico, esta canción de letra surrealista y melodia pegadiza. Cuando en momentos de euforia (que son muchos) la cantamos a coro los aussies nos miran asombrados. ¿Os imagináis a un grupo de australianos cantando el Asturias, patria querida por las calles de Sevilla o de Madrid?
Atendiendo al título uno puede pensar que el Waltzing Matilda habla de un baile (el vals) y de una guayaba (de nombre Matilda), elementos que no es difícil unir en la letra de una canción. Pero... no. Eso sería demasiado fácil.
Matilda parece ser que se refiere al nombre que se le daba al hatillo que los vagabundos llevaban encima con sus pocas pertenencias (y en particular su manta), y el Walzing se corresponde con una acción que estaría a medio camino entre el vagabundaje y el aprendizaje de un oficio. Complicado, ¿verdad? Si es que para entender la letra del Waltzing Matilda hay que ser australiano, pero para cantarla sólo hace falta algo de oído, una pizca de sentimiento y empatía. Así uno se siente un poco australiano sin dejar de ser español, porque, al final, este himno popular australiano habla de la libertad y de cómo ésta no puede ser sometida al dictado de los más poderosos. Talmente cómo le ocurría al Gauchito Gil.
Ahí es ná...

Para el que quiera escuchar Waltzing Matilda ahí va el enlace:
P.D.: Los niños de la foto está devorando Vegemite, nada de Nocilla...
José María Montero "Monti"

2 comentarios:

  1. Hola chicos,

    Solo un petit comentario a lo de vegemite...

    Dadas las conexiones evidentes que existen entre los australianos y los ingleses (I am really sorry for my words Stephen ;-P) se me ha ocurrido que la vegemite puede, y realmente suena, muy parecido a la "Marmite" equivalente anglosajón de nuestra querida nocilla, solo que sin leche, sin azúcar y sin avellanas... Es cierto que su sabor es difícil, pero acompaña bien a un cacho de queso de vaca de esos más o menos insulsos que gustan por UK, especialmente si sale del horno casi derretidito... y ojo porque al final te haces con el sabor y entonces engancha!!

    http://es.wikipedia.org/wiki/Marmite

    Si es que al final los elementos diferenciadores no lo son tanto verdad?

    Disfrutad canallas!

    Emilio

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  2. Como buenos latinos tenemos tendencia al mestizaje, así es que lo probamos todo, nos mezclamos con todo el mundo, degustamos las comidas y bebidas locales y, al final, hasta nos hacemos con los sabores y los incorporamos a nuestra lista de "enganches". Y todo eso nos ayuda a entender que Austraia está mucho más cerca de lo que imaginamos. Un abrazo,

    Monti

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