"PLANETA AUSTRALIA: LOS ARCHIVOS DE LA TIERRA" (EL DOCUMENTAL: CAPITULO 1)

Si deseas verlo en pantalla más grande puedes pulsar aquí.

domingo, 19 de abril de 2009

¡ QUE VIENE EL TIBURÓN !



Llevábamos ya un buen rato nadando sobre el arrecife. Ocasionalmente nos sumergíamos unos metros para ver con más detalle alguno de los muchos elementos vivos que adornaban el jardín. Confiados, nos habíamos alejado del barco. Nada parecía especialmente peligroso ni amenazador. Con qué soltura explorábamos ese mundo azulado hasta que apareció uno de los propietarios del jardín y se interesó por los intrusos. A pocos metros, a muy pocos metros bajo nuestras gafas de bucear, apareció el tiburón. Era un ejemplar no muy grande (¿dos metros? ¿tres metros?) de tiburón punta blanca de arrecife (Triaenodon obesus) que lejos de seguir su rumbo se detuvo a curiosear. Sin perder la compostura, y como el que no quiere la cosa, empezamos a nadar rumbo al barco a velocidad más que sospechosa. En cinco minutos, como bien relató Arturo, se nos pasaron por la cabeza todas las películas de tiburones asesinos que habíamos visto en el cine de verano.

Un buen amigo, José Carlos García, biólogo marino y profesor de la Universidad de Sevilla, me lo explicó con un buen ejemplo hace algunos años. En cada comienzo de curso, me confesó, planteaba a sus alumnos la misma pregunta: “¿Qué se siente más, la muerte de un pollito o la de un pez?”. Y todos los años, por abrumadora mayoría, ganan los partidarios del pollito. Conclusión: es más fácil identificarse con un animal de sangre caliente, tacto agradable y al que podemos acercarnos sin dificultad. Por el contrario, los peces y otros organismos marinos resultan fríos, viscosos, y su contemplación está asociada a las pescaderías, en donde se muestran muertos y malolientes. Nuestra propia historia evolutiva nos sitúa más cerca del pollito que del pez. No es sencillo emocionar a una persona hablándole de animales a los que nunca ha visto de cerca, o describiéndole lugares en los que nunca ha estado.
Nuestro tiburón punta blanca nos emocionó hasta el punto de sacarnos del agua... Y eso que nos nos enseñó los dientes porque si lo hace... nos ahogamos.
José María Montero "Monti"

2 comentarios:

  1. Para mí que al tiburón le gustó cómo te sienta el neopreno... ¿Has encontrado ortiguillas en la Gran Barrera de Coral? Si no es así, espero que te hayas llevado alguna envasada al vacío para "trasplantarla" y repoblar el fondo marino. Que bien se os ve desde aquí. Acuérdate de fijarte en cómo reciclan los aborígenes. A mí me da que será muy interesante y tendremos que dejarnos caer por allí para "hacer una visual":
    Seguiré vuestras andanzas a diario! Reciclín, muchos besos para todos.

    ResponderEliminar
  2. !Qué envidia Monti!¿Qué has dicho 5 minutos nadando hasta el barco?Menos lobos amigo.O más cerca el barquito o Ian Thorpe os acompaña...
    Que sigais didfrutando y haciéndonos disfrutar

    ResponderEliminar